Jaime I, llamado el Conquistador. Rey de Aragón, Mallorca y Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel, y señor de Montpellier.
Nace en Montpellier el 2 de febrero de 1208, hijo de Pedro II el Católico, Rey de Aragón, y de María de Montpellier. Según la leyenda, y debido a las malas relaciones entre sus padres, fue engendrado mediante engaño, haciendo creer un caballero al Rey Pedro II que quien le esperaba en el lecho era una pretendida amante. El día del parto la Reina mandó encender doce cirios con los nombres de los Apóstoles, indicando que aquel que durara más encendido pondría el nombre al recién nacido… Así fue, pues el cirio que más aguantó fue el de Santiago Apóstol, San Jaime.
Queda huérfano de padre a los seis años (1213), quedando el infante en manos de su enemigo Simón de Montfort, a cuya hija había sido prometido. Ese mismo año falleció la reina María en Roma.
Fueron años difíciles, pues ya de niño Jaime sufrió un atentado en la cuna. Su reinado se inició con una minoría bajo la protección especial del Papa Inocencio III, que hizo que en 1214 Simón de Montfort devolviera al rey-niño, quien permaneció desde 1215 en el castillo de Monzón, confiando su enseñanza y entrenamiento a los caballeros de la orden del Temple.
En febrero de 1221 se desposó con Leonor de Castilla, hermana de Doña Berenguela y tía de Fernando III de Castilla.
Jaime I comenzó a gobernar a los 20 años, y tuvo episodios como los sitios de Albarracín en 1220, y Moncada en 1223, y cayó prisionero en 1224. Superados estos contratiempos, Jaime I se lanzó a lucha contra los musulmanes.
Causas muy diversas fueron las que impulsaron a Jaime I a emprender la conquista de las Islas Baleares. El 5 de septiembre de 1229 partieron del puerto de Salou (Tarragona), 155 naves, 1.500 caballeros y 15.000 soldados para iniciar la conquista de Mallorca, desembarcando en Santa Ponsa en 13 de septiembre de 1229, donde vencieron a los musulmanes en la batalla de Portopi. Los musulmanes se refugiaron tras la murallas de Palma (Madina Mayurqa), que fue tomada el 31 de diciembre de 1229. Mallorca se constituyó como un reino más de la Corona de Aragón bajo el nombre de “regnum Maioricarum et insulae”.
La conquista de lo que posteriormente se convertiría en el reino de Valencia comienza en 1232, con la toma de Morella. En 1233 se planea la campaña en Alcañiz, que constaría de tres etapas.
La primera etapa se dirige contra las tierras de Castellón, con la toma de Burriana en 1233 y Peñíscola.
Anulado su primer casamiento por razón de parentesco, contrajo segundo matrimonio el 8 de septiembre de 1235 en Barcelona con Violante, la hija del rey Andrés II de Hungría, con la que tendría ocho hijos: Violante, que contrajo matrimonio con Alfonso X el Sabio de Castilla, Constanza, Sancha, Pedro, Jaime, Isabel, Sancho y Fernando entre 1236 y 1248.
La segunda etapa de la conquista del reino de Valencia se dirige al sur llegando hasta el Júcar. El Puig se tomó en agosto de 1237. Tras el fracaso de la escuadra enviada por el rey de Túnez en auxilio de Valencia, se firman unas capitulaciones el 28 de septiembre de 1238, entrando el rey en la ciudad el 9 de octubre.
La tercera etapa de conquista abarca desde 1243 a 1245, llegándose a los límites estipulados en el tratado de Almizra en 1244, firmado entre Jaime I y el infante Alfonso (futuro Alfonso X de Castilla) para delimitar las áreas de expansión sobre territorio musulmán entre Castilla y la Corona de Aragón. Las tierras al sur de la línea Biar-Villajoyosa quedaron reservadas para Castilla.
En esta última etapa y en los años siguientes, Jaime I tuvo que hacer frente a diversas revueltas de la población mudéjar, encabezadas por el caudillo al-Azraq.
Jaime I obtuvo un gran triunfo sobre la nobleza aragonesa al convertir las tierras conquistadas, respetando sus usos y costumbres. Dotó a Valencia de una legislación propia: els Furs (Los Fueros) de Valencia, convirtiéndose Valencia en un reino diferenciado unido a la Corona de Aragón (1239). Además también le otorgó cortes y moneda propia.
En septiembre de 1269 salió de Barcelona con su armada para una expedición a Tierra Santa, pero dispersadas sus naves por las tormentas, tuvo que desembarcar en Aigües-Mortes, cerca de Montpellier, y hubo de renunciar a aquella empresa.
Murió en Valencia el 27 de julio de 1276, después de un reinado de sesenta y tres años. Está enterrado en el Monasterio de Poblet, junto a otros reyes de la corona de Aragón.
Su reinado coincide con la época de apogeo medieval. Durante el mismo, las instituciones se consolidaron. Las Cortes, que alcanzaron su mayoría de edad, se convirtieron en un órgano de gobierno de singular importancia. Tal vez una de las facetas más interesantes de la actuación de Jaime I fuera el gran impulso dado a la vida municipal. El auge del comercio con ultramar, en competencia con las grandes potencias marítimas mediterráneas, fue extraordinario.
Fue un rey de gran carácter y fuerte personalidad. Destacó por su generosidad y fidelidad a la palabra. Se educó entre los templarios.
(fuente: wikipedia)
















